La obra trata de reflejar el proceso creativo como producto del bagaje cultural, las experiencias y memorias, así como el concepto de intruso/ nuevo ser en el mundo artístico representado por la figura en posición fetal/ en gestación.

La incorporación de los bordados a partir de dibujos realizados en la infancia por la autora son una reflexión acerca de la creación artística, que se apoya en un proceso iniciado ya en esos tempranos años y que continua hasta el presente. Los elementos escogidos para ser realizados con hilo siguen siendo recurrentes en el imaginario de la autora y son capaces de conectar con cualquiera al ser ya parte del imaginario colectivo, símbolos en si mismos de la niñez.

El proceso ha constado de dos partes, una más familiar y tradicional, el dibujo, y una segunda más experimental consistente en el bordado sobre el papel. Esta segunda parte, más artesanal, ha sido en si misma una regresión al pasado, al ser la costura una actividad no realizada desde la infancia y compartida con otras mujeres de la familia y/o vecinas.